Michael Darling

Michael Darling es un abogado que va a por todas con sus clientes, no importa lo difícil que sea la lucha o lo grande que sea el acusado. Nació y creció en el sur y centro de Texas. Su padre es abogado litigante, por lo que creció participando en dramáticos debates que se escenificaban cada noche alrededor de la mesa. Con esa base, se licenció en Escritura Inglesa y Retórica en la Universidad de St. Edward, donde se graduó Phi Beta Kappa y summa cum laude (máximos honores académicos posibles). Fue el baterista principal de la banda de jazz de la universidad.

Desde el principio, Michael estuvo motivado por su profunda convicción de que el sistema de jurados es de vital importancia. Es el único lugar de la sociedad en el que los ciudadanos de a pie tienen voz y voto a la hora de abordar los daños causados por las grandes empresas. Impulsado por esa creencia, Michael se licenció en Derecho con honores (el primero de la clase) en la Facultad de Derecho de la Universidad de Texas. Mientras estudiaba Derecho en la UT, Michael compitió en dos equipos itinerantes de simulacros de juicios y fue admitido en la Orden de Abogados por su amplia labor de defensa en juicios.

Durante ese tiempo, Michael hizo prácticas para la Honorable Marina García Marmolejo del Tribunal de Distrito de EE.UU. para el Distrito Sur de Texas y trabajó en dos revistas: Texas International Law Journal, como Director de Desarrollo, y The Review of Litigation, como Editor de Artículos. Además, trabajó como asistente de investigación de la profesora Jane Cohen. Como tal, analizó los litigios sobre la contaminación del agua por sustancias fluorocarbonadas (PFAS) y las diferencias normativas entre EE.UU. y la UE en materia de sustancias químicas. Publicó tres notas, una de ellas en la Texas Law Review.

Michael comenzó su carrera en un bufete de abogados corporativos que representaba a empresas de la lista Fortune 500 en litigios comerciales complejos. Esa experiencia le dio una valiosa visión de cómo las grandes corporaciones ven los litigios y las palancas de las que tiran en sus intentos de apilar la baraja a su favor. Aprendió que enfrentarse regularmente a las grandes empresas en los tribunales es la única manera de conseguir que estas gigantescas corporaciones cambien su forma de actuar.

Michael estaba encantado cuando se ganó la oportunidad de hacer precisamente eso al unirse a la mejor firma de abogados litigantes especializados en lesiones personales de la nación, Arnold & Itkin. Michael se enorgullece de formar parte de un equipo de abogados litigantes de primer nivel que nunca dejan de luchar para reparar las vidas de las personas lesionadas.
Cuando no está trabajando en casos o estudiando las irregularidades corporativas en los medios de comunicación, Michael probablemente está escuchando discos, practicando yoga, haciendo senderismo o viendo un documental sobre la naturaleza.

Mientras trabajaba en Arnold & Itkin, llevó varios pleitos hasta su resolución final, sin recibir nunca una indemnización inferior a un millón de dólares, y resolvió casos por valor de más de 47 millones de dólares en un período de dos años y medio. También trabajó en juicios masivos presentando y tomando declaraciones que se resolvieron colectivamente por más de mil millones de dólares. Tomó declaraciones como representante de una empresa y elaboró una estrategia creativa para varios demandados en un caso de muerte de una sola persona que se resolvió por 42,5 millones de dólares.